martes, 14 de febrero de 2012

En busca de financiación



El mayor obstáculo, por regla general, al que se enfrenta una persona emprendedora es la falta de los fondos necesarios para poder poner en marcha su negocio. Los promotores de una idea empresarial en sus fases iniciales recurren, normalmente, a lo que se conoce como las cuatro F’s, a saber:


Founders: Son los fondos propios, los recursos con los que cuenta el emprendedor en su propio bolsillo. Éstos por regla general y en los tiempos que corren, suelen ser escasos y provenir, bien de los ahorros de toda una vida, bien de la suma que corresponde por desempleo que puede aglutinarse en un pago único en caso de querer montarse por su cuenta, o bien los procedentes de indemnizaciones o ingresos inesperados.

Family: El dinero que pueda aportar la familia. Volvemos a lo mismo. Por mucho que sea nuestra familia y por más que nos quieran, en tiempos de crisis invertir en ideas de negocio no da mucha confianza. Posíblemente serán los primeros inversores ante los que tengamos que presentar nuestra idea y sin duda, serán los más críticos aunque también los que nos pinten las cosas más claras … siempre por nuestro bien, claro está.

Friends: Quién tiene un amigo tiene un tesoro. Todos hemos acuñado alguna vez esta frase y hasta nos lo hemos creído literalmente. El apoyo del círculo de amistades será muy importante. Quizás en el tema económico no nos puedan ayudar mucho, pero serán indispensables a la hora de hacer crecer nuestra idea y convertirla en un negocio de éxito.

Fools: Los recursos proporcionados por terceros. El conocimiento de éste último grupo es indispensable pues la mayoría de las veces van a determinar el éxito de nuestra aventura emprendedora.

1. “Business angels”. Inversores privados de gran solvencia que deciden invertir su dinero en empresas de nueva creación, aunque no suelen invertir grandes cantidades. Suelen ser inversiones temporales, entre cinco y siete años y discretas. Los nuevos emprendedores tienen más posibilidades de acceder al crédito a través de estos inversores particulares ya que suelen tener más en cuenta la acción que los beneficios reportados. En España existen la Red Española de “Business Angels” (Esban) y la Asociación Española de Redes de Inversores Privados (Aeban). Además, escuelas de negocios como IESE, IE y ESADE también están promoviendo el desarrollo de sus propias redes de inversionistas entre sus antiguos alumnos y colaboradores.

2. Capital riesgo.

Son entidades financieras cuyo objeto principal consiste en la participar temporalmente en el capital de empresas, generalmente no financieras y de naturaleza no inmobiliaria y sin cotización en el mercado de valores. El objetivo es que con la ayuda del capital riesgo se logre contribuir al desarrollo y expansión de la compañía (capitalizarla, profesionalizarla y asesorarla) para que su valor aumente y una vez madurada la inversión, el capitalista se retire obteniendo un beneficio. Se puede acudir a la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo, que dispone en su web de un buscador de firmas de este tipo.

3. Financiación alternativa.

Existen diferentes tipos de ayudas económicas y subvenciones para la creación de empresas o el afianzamiento de las incipientes. Es importante diferenciar entre las ayudas a fondo perdido –que no hay que devolver y pasan a la contabilidad de la empresa como un ingreso–, de los préstamos con condiciones especiales, bonificaciones y reducciones de los costes de la Seguridad Social.
También existen las llamadas sociedades de garantía recíproca, que facilitan avales y garantías a las empresas interesadas para que éstas puedan conseguir financiación de las entidades financieras.
Otras entidades que asesoran a los emprendedores para facilitar su acceso a la financiación son las Cámaras de Comercio o asociaciones como la de jóvenes empresarios (AJE), la de inversores y emprendedores de Internet (AIEI) o la de emprendedores (ANDE).
En la actualidad se cuanta a demás con un nuevo concepto de financiación acuñado en la red y denominado “Financiación en masa” (crowdfundig). Son plataformas especializadas en donaciones y préstamos de particulares e inversores sin coste inicial. En España ya funcionan tres: Partizipa.com, Verkami.com y Fandyu.com.

4. Bancos.

No hay que olvidar los canales tradicionales de financiación, como las entidades financieras, aunque éstas tienen una aversión natural al riesgo que, con la crisis financiera, se ha acentuado. Por eso no suelen ser una buena opción para los emprendedores noveles.

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